˚୨୧⋆｡˚ ⋆ Segundo Diario de Embarazo ; Noelle Westly | 𝑁𝑖𝑘𝑜𝑙𝑎𝑦 𝑆𝑡𝑒𝑣𝑒𝑛

Noelle era una caja de sorpresas, Wanda sabía eso. También tenía conocimiento de que... Cuando se decidía a algo, nada podía detenerla. Por eso su ahora esposa y ella estaban en San Mungo, viendo a la sanadora hacer todo el proceso. Fue curioso, fue extraño, y también mágico el cómo al tomar una poción, la vida empezaba a crecer en la persona que más amaba.

Nonagesimus sintió regocijo, una alegría propia de quien sabe que ahora esperaba otra persona más para su creciente familia. Dar la noticia no sería fácil, pero estaba segura de que a pesar de la impresión general, ese pequeño... O pequeña, sería muy amado, ella se encargaría de eso.

De que era querido, porque era deseado. De que nunca le faltara amor.

Ahora tenían un largo camino por delante, pero mientras se mantuvieran juntas, ¿quién podía detenerlas?

Hoy descubrimos junto a tu mami y tu hermanita mayor que serías... ¡Un niño! también le avisamos a nuestra familia, a tus abuelitos...a tus tíos y tías. Pero aún tu hermana Lua sigue comportándose un poco... ¿mal?, pero se le pasará. Justo me pasó algo parecido cuando nació tu tío, Noah. Yo era la menor hasta que el nació... pero lo terminé amando con mi vida.


Cada día que pasa, siento cómo creces dentro de mí y me llena de asombro y gratitud. Este viaje del embarazo está lleno de momentos especiales y estoy emocionada por lo que el futuro nos depara. Te amo más de lo que puedo expresar con palabras, y espero con ansias el día en que finalmente podamos abrazarte en nuestros brazos

Lua y Vibeke aún están asimilando la noticia, pero estoy segura de que con amor y tiempo, aprenderá a amar a su hermanito tanto como lo amamos nosotros.

Las cosas no salieron tan bien como esperaban. A ambas se les rompió el corazón cuando Lua empezó a creer que el amor se iba a agotar si se lo daban a su hijo, porque sí, era un varón el que estaba en camino. El primero de muchos, si es que Noelle no la pateaba antes.

Nonagesimus recordaba los antojos raros de su esposa y ese mes se volvieron incluso más frecuentes. La ansiedad de la situación la llevo a tener que viajar de una ciudad a otra en busca de productos que no se encontraban en el sitio que vivían. Para Wanda no había imposibles si se trataba de la persona que amaba y todo lo que tenía era para su familia.

Le hablaba al niño con cariño, mimaba a su esposa y esperaba, que en un futuro, Lua pudiera perdonarlas para no sentir que su hogar se fragmentaba. No se lo iba a confesar a Noelle, pero ella también pasó todo ese mes con unas extrañas náuseas que aparecían de repente. Ser madre era duro, no se imaginaba las penalidades de su rojita.

Aunque me sentía preparada al no ser mi primer embarazo, los nervios aún seguían impunes, los dolores llegaron desde la mañana, tu madre tomaba mi mano mientras intentaba mantener la calma. Sabía que venías, que en cuestión de un par de horas te tendría en mis brazos.

Escribo esto poco antes de partir a San Mungo, también junto a tus hermanas y tu abuelita. Todas estamos contentas por verte, ¡un nuevo bebé se suma en la familia!


Bienvenido al mundo, mi pequeño león... Nikolay Steven Westly Nonagesimus.